Bruto cuestiona su lealtad hacia César. Y, tras asesinar a un anciano bajo órdenes de Erastes, Tito será sentenciado a muerte en la arena.
Marco Antonio viaja a Roma para negociar con Pompeyo y presionar al Senado, pero la gran imprudencia de Tito precipitará la guerra.
Preocupado por el avance de las tropas de Julio César, Pompeyo abandona Roma. Atia actuará en contra de quienes interfieran con sus planes.
Mientras Pompeyo quiere recuperar el oro, Julio César trata de comprar el beneplácito de los dioses; y el secreto de Niobe se ve amenazado.
Tras la derrota de Escipión y Cato, César vuelve a Roma como un héroe triunfal. Servilia se aprovecha de Octavia, desatando la ira de Atia.