El Futuro Que Viene

Buenos Aires, 1988. Romina y Flor tienen once años y comparten un mundo de fantasía preadolescente: aman al mismo chico, se disfrazan de mujeres grandes y sueñan con algún día convertirse en Nadia Comanechi. La familia de Flor tiene un aspecto convencional y se está desmoronando. Sus padres se están a punto de separar. Flor se rebela ante todo, todo el tiempo. Romina en cambio tiene una vida menos ordenada en lo aparente, pero más funcional. Vive con su madre, una mujer joven y hermosa, en un departamento vacío y algo triste. Sara, la madre de Romina, es una suerte de “escort”, una mujer que vive de los hombres. Romina no lo sabe aunque lo sospecha pero no la juzga. Flor idealiza a Sara, le gustaría que fuera su mamá... El primer acto de la película nos cuenta la infancia de estas dos amigas, la intimidad que crean para defenderse de la batalla hormonal que representa la adolescencia. La democracia, el destape sexual, son el marco que tiñe de color brillante el paso de estas niñas a mujeres. En el segundo acto, Flor y Romina se reencuentran. A los casi treinta, Flor es una escritora exitosa aunque algo errática emocionalmente. Vive en varios países y sufre por una inestable relación con un hombre que no le permite ser feliz. Romina, en cambio, tiene una hija de seis meses, un marido y un trabajo que no representa mayor desafío que llenar las horas de su día a cambio de un salario. Lac onvivencia forzada por algunos días, saca a la luz antiguas pasiones y fantasmas. Flor quiere lo que Romina tiene y viceversa. El amor que se profesaban durante la pubertad pareciera no resistir al mundo adulto. El tercer acto las vuelve a unir, cerca de cumplir cuarenta años, como madres a ambas, con hijas adolescentes. Sara ha muerto. Romina se ha divorciado de su marido y parece vivir en un estado de permanente melancolía. Flor en cambio, ha logrado formar una familia pero aún la invade una sensación de insatisfacción. En este nuevo contexto vuelven a intentar juntarse, para nuevamente chocar, frustrarse y preguntarse finalmente si pueden ser amigas....Esta pequeña historia nos mantiene en constante tensión, en un abismo que parece tejerse entre el pasado, el futuro y un presente incierto de sentimientos ambivalentes. La maternidad como un horizonte y realidad doméstica. La infancia como un paraíso perdido. Es la historia de una amistad como emblema del paso del tiempo.