La policía descubre que tres niños de ocho años fueron asesinados, mutilados y arrojados a una cuneta en West Memphis, Arkansas, y los investigadores sospechan de tres adolescentes que estarían relacionados con el satanismo.
Cuando Jessie Misskelley confiesa haber asesinado a tres jóvenes, él y sus amigos son arrestados, y West Memphis entra en un frenesí. Los adolescentes son llevados a juicio y sus creencias satánicas son el centro del caso.
Damien y Jason son declarados culpables del asesinato de tres niños. Pronto, se desata un movimiento mundial para demostrar su inocencia y surgen nuevas pruebas que cambian el caso.