Cuando a Jess le entregan una orden de alejamiento de su exnovio, Sam, se propone limpiar su nombre con la ayuda de Winston. Nick y Schmidt complotan contra el dueño de un bar nuevo de moda que inauguró en su misma cuadra.
El equipo SWAT debe correr para detener a un pistolero que tiene como objetivo a centros de rehabilitación y aquellos a los que considera responsables de la muerte de su hermano.