Anatomía Del Desastre

Una furiosa oleada de fuego convierte un paradisíaco cañón en un infierno en la tierra. Valientes bomberos arriesgan su vida contra las imparables fuerzas de las tormentas de fuego. En la naturaleza, no hay nada como la fuerza de un incendio forestal.

Furiosos tornados, granizos gigantes y relámpagos que golpean en fracción de segundos ponen en peligro a toda una región. Impredecibles supertormentas causan daños colaterales dejando pérdidas humanas y poblados completamente destruidos.

Terremotos, los fenómenos menos pronosticables. Atacan sin previo aviso estremeciendo la tierra. Pérdidas humanas, edificios desplomados y ciudades colapsadas crean enorme pánico. Equipos de rescate y voluntarios arriesgan su vida para salvar víctimas.

Ardientes huracanes de cenizas queman todo a su paso. Erupciones que derriten glaciares. Una erupción puede suceder en cualquier momento, en cualquier parte del mundo. La furia de la tierra no tiene mejor expresión que la terrible erupción de un volcán.

Ciudades enteras en llamas. Industrias, pozos petroleros, cualquier cosa puede provocarlos. Cuando los infiernos urbanos arden, los bomberos deben enfrentar lo peor. Su espíritu colectivo es el arma contra la furia del fuego.

Fuertes vientos impulsan las fuerzas más destructivas de la naturaleza, los huracanes. Testimonios desgarradores de estos gigantescos muros de agua que ahogan todo a su paso. La furia de la naturaleza regresa en cada temporada de huracanes.