El arte de la guerra

T3 E2: A través de los flashbacks de Ainhoa nos enteramos de que la hija del capitán tenía un don para tocar el piano. Gracias a ello, consiguió una beca para estudiar en el Conservatorio de Viena. Mientras tanto, Roberto sigue las órdenes de Gamboa y le confiesa a Ainhoa que su madre está enferma, por lo que ella no se va. El capitán comparte con la tripulación del Estrella Polar la noticia que estaban esperando: han visto tierra. Para ser más precisos, la luz de un faro. Tras discutir qué hacer, van rumbo al lugar, pero cuando se acercan, la luz se apaga de repente. Después de lo ocurrido con los náufragos y el barco ruso, temen que ir al faro pueda ser peligroso, por lo que el capitán le pide a Gamboa que entrene a un pequeño grupo de marineros por si hay un enfrentamiento. Piti es castigado por reírse de un incidente durante la clase. Tiene que barnizar los taburetes del club, lo que provoca una divertida situación cuando Sol, sin saberlo, se sienta en uno de ellos y se queda pegada. Otra situación divertida es la de Salomé, que le pide al capitán que hable con Bubble y resuelva algunas dudas sobre la sexualidad. Mientras tanto, Ainhoa encuentra en el barco ruso un pentagrama que le recuerda su pasado y el inoportuno accidente que le hizo perder la beca en el Conservatorio de Viena como pianista, motivo por el que pudo embarcar en el Estrella Polar.