Cazadores De Trufas

En lo más profundo de los bosques del Piamonte (Italia), un puñado de hombres de setenta u ochenta años de edad cazan la rara y costosa trufa blanca de Alba, que hasta la fecha ha resistido todos los esfuerzos de la ciencia moderna para su cultivo. Se guían por una cultura secreta y un entrenamiento transmitido de generación en generación, así como por el olfato de sus apreciados y expertos perros. Llevan una vida más sencilla y lenta, en armonía con sus leales animales y su tierra perfecta, que parece sacada de un cuento de hadas. No están atados a las pantallas de los teléfonos móviles ni a Internet, sino que optan por hacer su comida y bebida a mano y dar prioridad a las conexiones en persona y a la comunidad. La demanda de trufas blancas aumenta año tras año, incluso cuando la oferta disminuye. Como consecuencia del cambio climático, la deforestación y la falta de jóvenes que tomen el relevo, los secretos de los cazadores de trufas son más codiciados que nunca. Sin embargo, pronto queda claro que estos hombres de edad avanzada pueden tener algo mucho más valioso que este preciado manjar: el secreto de una vida rica y llena de sentido.