La verdad está siendo atacada: Trump ha sido reelegido presidente de los EE. UU. a pesar de sus innumerables mentiras; el "fact-checking" en los medios de comunicación no consigue poner freno a las teorías conspirativas; el populismo está en auge en Europa, y un número sorprendente de personas todavía cree en los ovnis. ¿Cómo es posible? Al observar cómo funciona el cerebro, queda claro que la veracidad no es tan importante.

Lo nuevo nos fascina, pero nuestra curiosidad puede meternos en líos. Los medios de comunicación y sus algoritmos saben explotar nuestra sed de novedades para inundarnos constantemente de contenidos. No obstante, ¿no es también esa pulsión el motor que nos llevó a inventar la rueda, a descubrir la penicilina o a viajar al espacio? ¿De dónde viene este constante deseo por lo nuevo?

Ninguna película ha influido tanto en nuestra manera de imaginar cómo eran los dinosaurios como "Parque Jurásico", de Steven Spielberg, estrenada en 1993. Desde entonces, los paleontólogos han hecho nuevos descubrimientos. Pero ¿cómo podemos encontrar información fiable sobre animales que desaparecieron hace más de 65 millones de años?