El prolífico apostador Baek Man-geum es regañado por su esposa por su constante hábito. Cuando la amante del gibang le pregunta por sus deudas, accede con miedo a vender a su esposa.

Un apostador pide clemencia tras perder a su mujer a manos de otro hombre, quien, según se entera más tarde, es el rey. El rey acepta apostar de nuevo, pero la persona que está en el centro de la apuesta tiene su propia opinión sobre el asunto.

Baek Man-geum llega para salvar a su hijo, pero su apuesta pone en peligro una vida; el rey hace una promesa para el futuro y Lady Jang emite un duro castigo.

Dae-gil se despierta en un barco y descubre que su padre ha desaparecido; Dam-seo exige respuestas por el trato dado a Baek Man-geum y se entera de la verdad sobre la paternidad de Dae-gil.