David Beckham: al rescate del equipo

David Beckham regresa a East London, donde comenzó su carrera futbolística. Con un reto descomunal por delante, se une al equipo infantil Westward Boys. El club no ha ganado ni un solo partido en toda la temporada y la sombra del descenso se cierne sobre él. Después de una dura derrota más, David sorprende a los chicos en el vestuario con un discurso muy alentador. Están en la gloria con una leyenda del fútbol en el equipo. Sin embargo, David sabe que salvar la temporada va a ser de todo menos fácil. David se pone manos a la obra en el campo y les da a los chicos una clase magistral de tiros libres. Fraterniza con un chico que ha sido víctima de marginación y, cuando piensa que las cosas no pueden ir a peor, la lesión de uno de los jugadores estrella azota al equipo.

Con uno de los jugadores clave lesionados, David pide a Westward que dé un paso adelante si quiere sobrevivir al descenso. Se avecina un partido importante y David pasa tiempo a solas con algunos de los chicos. Ethan es el corazón de la defensa, pero le falta concentración. Miles revela que el tiempo en banquillo está dañando su confianza y el delantero estrella confiesa que le cuesta manejar la presión. La mentalidad del equipo es un gran problema y David debe hacer algo. Tras un partido dramático, David organiza una excursión al club profesional de fútbol de la zona, Leyton Orient, para que los chicos asimilen la presión. Allí, tirarán penaltis enfrente de miles de personas. Para el tirador Bryan, esta es una oportunidad para demostrar su valía en el club que lo cedió.

Westward es un club familiar y David quiere que los chicos se den cuenta. Deben unirse como una familia. Ganen, pierdan o empaten. Al equipo le va bien, pero David sabe que los siguientes partidos son cruciales. Un par de derrotas y volverán a estar en la zona de descenso. Así que es el momento de poner a prueba su estado físico con el temido test de los pitidos. David nota que Kuro está triste y habla con él para averiguar qué ocurre. Entonces, descubre que se ha enfrentado a cosas mucho más duras fuera del campo que dentro de él. Tras un partido descorazonador, David decide darles a los chicos un chute de motivación y los lleva a conocer a sus ídolos en el campo del equipo nacional: Harry Kane, Bukayo Saka y Jack Grealish. Nunca olvidarán ese momento.

Westward ha tenido unas semanas difíciles, pero no hay lugar más inspirador que la casa del fútbol inglés: Wembley Stadium. Este sitio atesora recuerdos muy especiales de David y, con unas cuantas sorpresas para los chicos, el futbolista espera motivarlos de cara a los últimos partidos de la temporada. El equipo debe dejarse la piel y aplicar todo lo que David le ha enseñado para mantenerse en la Premier League. Los partidos rebosan dramatismo. ¿Habrá cumplido su misión de salvarlos del descenso? Tras una temporada llena de altibajos, David se despide del equipo, los entrenadores y las familias en una emotiva ceremonia final. Gracias a ellos, ha recorrido un viaje inolvidable. Formar parte del club es ahora uno de los hitos más remarcables en su carrera.