Doctora K: animales exóticos

La Dra. K se enfrenta a una serie de cirugías complejas, incluida una rinoplastia para un conejito que implica el arriesgado uso de una herramienta eléctrica. La Dra. K debe calcular cuidadosamente las medidas para evitar abrir un agujero en la boca del conejo o en su cerebro. El equipo también recibe un ave con una pata rota que requiere de una serie de pequeños alfileres para estabilizar el hueso.

La Dra. K debe darse prisa en realizar una cirugía compleja para extirparle más de doce huevos a una tortuga. Un ama espera escuchar lo peor cuando le lleva a la doctora su serpiente de maíz con algunas escamas descoloridas. Finalmente, la Dra. K recibe por primera vez a un gálago como paciente. También conocido como bush baby, ha venido para ser esterilizado, pero otras cosas se ponen de manifiesto una vez comienza la operación.

La Dra. K trata a Cece, un camaleón velado que es evidente que sufre un caso de huevos atravesados. La única forma de extraer los huevos es mediante una intervención quirúrgica, pero un camaleón velado es un paciente muy pequeño, lo que hace que el procedimiento se complique. La doctora también recibe a un viejo paciente, Fletcher, un loro amazonas que tiene una masa en la cavidad nasal.

Mientras la Dra. K y la Dra. Diaz se encuentran en una conferencia veterinaria, la Dra. Thielen se queda sola. Desde el momento en que las experimentadas doctoras se marchan a la conferencia, la Dra. Thielen recibe una llamada urgente de la dueña de un lémur con un dedo de la pata roto. La Dra. Thielen no tiene mucha experiencia con lémures (o con dedos rotos), pero tendrá que apañárselas sola.

La Dra. K empieza este complicado día con Chloe, una cobaya de 6 años que está sufriendo un ataque. Se le inserta un catéter para que la cobaya reciba suero y medicamentos lo más rápido posible. Después, la Dra. K pasa a Jed, un hurón que antes era alegre y activo, pero que ahora tiene fiebre y está totalmente aletargado.

Algunos días consisten más en educar a los padres de las mascotas que en tratar a los pacientes. La Dra. K habla claro con la dueña de un mono tití que lleva al animal a sitios públicos. Esto es extremadamente peligroso para el tití, pues si este monito se contagia de alguna enfermedad humana como la gripe o el herpes, podría caer muy enfermo e, incluso, morir. Mientras tanto, la Dra. Diaz recibe a un kinkajú con problemas respiratorios.