En julio de 2018, una joven estudiante francesa, Marie Laguerre, publicó en Facebook un vídeo de una agresión que había sufrido unas horas antes en plena calle. La publicación se hizo viral y se convirtió en símbolo de la lucha feminista pos-MeToo.
Primero un hashtag; luego un cartel y un eslogan: #JeSuisCharlie genera debate y controversia. El grafista francés Joachim Roncin recuerda la imagen que publicó en las redes pocas horas después del atentado contra el semanario satírico Charlie Hebo en enero de 2015.
Todo comienza con un inocente selfi de un joven sirio, Anas Modamani, con Angela Merkel en septiembre de 2015. Recuperada por la extrema derecha, la fotografía se convierte en un bulo que designa a este refugiado como terrorista. El caso desencadena un debate sobre la responsabilidad de las plataformas y las redes sociales como Facebook, y contribuye a un cambio en la ley.
Transmitida en directo en Facebook, la bofetada que la joven activista palestina Ahed Tamimi dio a un soldado israelí provocó una batalla política y mediática en el frente digital del conflicto israelí-palestino.
