Grizzy y los Lemmings

Nutty Hill sufre una ola de calor. Buscando un poco de aire fresco, Grizzy tiene una brillante idea. Se mete en la nevera, donde la temperatura es más soportable. Solo un pequeño detalle, las baldas del frigorífico ya están llenas de Lemmings.

Grizzy está frustrado: cuando estaba a punto de untar un salmón con crema de chocolate y acurrucarse frente al televisor ¡descubre que la despensa está vacía! Su frustración se transforma en ira cuando ve el último frasco en garras de los Lemmings.

Una vibración interrumpe la siesta de Grizzy. El móvil del guardabosques está en el sofá. Tiene varias funciones, entre ellas, un juego al que se engancha al momento. Sin embargo, los Lemmings, lo necesitan para transformar el garaje en discoteca.

Liberado por el hielo derretido, un misterioso huevo gigante rueda hasta la puerta de la cabaña. Los Lemmings observan la eclosión de un gran bebé dinosaurio que inmediatamente les confunde con sus "mamis".

Para seducir a la osa de la que está enamorado, Grizzy decide adelgazar con el equipo de musculación del guardabosques. Pero antes de empezar su rutina, tendrá que resolver el problema con los Lemmings, que ya han empezado a usar las máquinas.

Por casualidad, Grizzy descubre que la nueva aspiradora del guardabosques también da masajes. Pero los Lemmings ven al aparato perfecto para una competición de coches de choque. Nadie quiere limpiar, ¡pero todo el mundo quiere la aspiradora!