Es un lío: un día el punto G existe, al día siguiente no. A lo largo de modas y décadas, las opiniones más peregrinas se suceden y se contradicen. ¿Existe el punto G femenino? ¿Hay diferencia entre el orgasmo vaginal y el clitoriano? ¿Es un mito el "squirting"? Preguntas con múltiples respuestas, la mayoría de ellas dadas, curiosamente, por hombres.

Los (grandes) escotes se han considerado durante mucho tiempo un ideal estético a alcanzar. Pero desde principios de 2010, con la llegada de estrellas e influencers como Kim Kardashian y sus hermanas, los cánones de belleza han bajado... ¡Hasta el culo!

"Ha tenido un hijo a mis espaldas". Todas hemos oído historias así de hombres que afirman que nos quedamos embarazadas "sin su conocimiento". Lo cual parce, cuanto menos, exagerado. Lo cierto es que, en la mayoría de las parejas heterosexuales, la carga mental de la anticoncepción recae, casi exclusivamente, en las mujeres. Y que, cuando deciden abortar, la inmensa mayoría lo hacen solas, sin la presencia de su pareja.

Vivimos en una sociedad hipererotizada. Si nos fijamos, el espacio urbano está inundado de sexo: los anuncios, los carteles de las películas, los escaparates... Imágenes por todas partes que pretenden despertar nuestros deseos. Sin embargo, esta presión, provoca que una parte importante de la población decida apartar la vida sexual de sus prioridades.

En 2011 surgió en Toronto la primera "marcha de las putas", un movimiento de mujeres que se manifestaban parcialmente desnudas contra la cultura de la violación. Pero, más de una década después, el debate sigue sobre la mesa: ¿Poca ropa o demasiada? De lo que no cabe duda es de que todo el mundo se cree con derecho a opinar.

¿Las mujeres se han cansado de los piropos? ¿No será que lo que necesitan es poder moverse con libertad en los espacios públicios, sin ser molestadas constantemente? No tener miedo a caminar por una calle desierta, a entrar en un vagón de metro vacío... Algunos sectores masculinos, sin embargo, afirman tener miedo de no poder ligar: recordad, chicos, ¡la seducción ha de ser cosa de dos!