En Inglaterra a principios de la década de 1960, la hermana Boniface es una monja católica del Convento de San Vicente, ubicado en Great Slaughter. Además de sus deberes religiosos en el convento, elabora vino y tiene un doctorado en ciencias forenses, lo que le permite en ejercer como asesora científica de la policía local en investigaciones y ayudar al inspector detective Sam Gillespie, el sargento Felix Livingstone y a la agente de policía Peggy Button a resolver los crímenes.