Puerto papel

Matilde, una niña que vive en la ciudad, llega a Puerto Papel, un pequeño pueblo costero, para pasar las vacaciones junto a su abuelo Barbacrespa. Accidentalmente, rompe un coco mágico que la dota de extraños y absurdos poderes.

Matilde detiene el tiempo al eructar y se divierte haciendo bromas con sus amigos. Aprovechando su poder, deciden detener a todo el pueblo con un gran eructo desde lo alto del bosque.

Matilde tiene el poder de cambiar el ánimo de la gente a través de jugos, pero logra que el pueblo sufra un caos emocional. Para volver a la normalidad, el único sabor que falta probar es el asqueroso jugo de bota, que nadie quiere beber.

Matilde tiene el poder de ser muy graciosa con sólo abrir la boca. Todos se ríen menos Carlos, que no logra entender sus chistes. El problema es que la gente puede llegar a morir de la risa.

Matilde hace desaparecer cosas cuando se ríe, pero sin querer hace desaparecer a Carlos. Desesperada por traerlo de regreso, se ríe mirándose al espejo y desaparece, rumbo a una dimensión paralela.

Cada vez que Matilde dice la palabra "queso", algo se incendia. Para su mala suerte es el "Día Nacional del Queso". Aunque ella quiere quedarse en casa para evitar problemas, Carlos la convence de salir a divertirse.