El camino de Diana Taurasi en el baloncesto comienza en Chino, California. Tras un breve traslado a Argentina, vuelve a casa y se une a la UConn bajo la dirección de Geno Auriemma, donde destaca junto a Sue Bird. Elegida en primera posición en el draft de 2004, se enfrenta a las limitaciones económicas de la WNBA, lo que la lleva a explorar oportunidades en el extranjero.

Tras una dura temporada como novata en la WNBA, Diana busca algo mejor en Rusia y decide quedarse tras recibir una oferta del Spartak de Moscú. Domina con el Spartak y lleva al Phoenix Mercury a ganar los títulos de la WNBA en 2007 y 2009. Los problemas legales y una acusación de dopaje amenazan su carrera, pero finalmente supera los contratiempos y refuerza su estatus de leyenda.

Diana reflexiona sobre una carrera de 20 años que la convirtió en la mejor jugadora de baloncesto de la historia. Conocida por su juego intrépido, supera los límites para convertirse en la primera jugadora de baloncesto en ganar seis medallas de oro olímpicas en 2024. Aunque los críticos cuestionan su longevidad, su incansable determinación consolida su legado como icono mundial de este deporte.