Pícara, grosera y divertidísima... esta parodia clásica de los wésterns del director Mel Brooks se burla de todos y de todo. Un gobernador corrupto le ofrece un indulto a un convicto afroamericano si este acepta convertirse en el sheriff de un pequeño pueblo del oeste, con la esperanza de que el nuevo sheriff viva solo lo suficiente como para cumplir con el deseo del gobernador y de su malvado y adinerado socio ferroviario.