Armando Valdes-Kennedy

El miembro de una pandilla México-Americana es asesinado, el deseo de los deudos de enterrar el cadáver no coincide con el de su líder.

Hay una orden de evacuación en Miami Beach por riesgo a un maremoto o tsunami previsto como consecuencia de la erupción de un volcán en las islas Canarias. En el aparcamiento de unos almacenes un hombre es asesinado cuando un tiro le perfora la sien. Poco más tarde es una mujer la que muere. Una vez en la escena del crimen, el equipo del C.S.I. determina que el hombre era un ex-presidiario que aparentemente no tenía ningún tipo de relación con la mujer asesinada.

Un guardia jurado del Hotel Tony Dominick escucha el grito de una mujer. A través del walkie, el equipo de seguridad le alerta que se está produciendo un robo en la zona de la piscina y acude inmediatamente en busca del ladrón. El guardia acude justo a tiempo de identificar al ladrón con un bolso color magenta bajo el brazo. Durante la persecución, el guardia se adentra dentro de una de las cabañas y descubre a una mujer muerta en su interior.

Un incendio se convierte en escenario de un asesinato e implica a unos reclusos que llegaron en autobus desde la prisión para ayudar en las labores de extinción. Un oficial del Parque Natural, Mark Mackern, ha visto un cocodrilo con un cadáver en la boca. Delko localiza el cuerpo y descubre que presenta perforaciones de bala. Sin embargo, cuando se dispone a recabar más pruebas, un rayo provoca otro incendio. Horatio llega inmediatamente y les comunica que tendrán que trabajar de prisa.

Horatio se confiesa con un antiguo amigo que ejerce como cardenal y que es una de las pocas personas al corriente del secreto del policía. Cane se muestra afligido y atormentado por los hechos que ambos conocen. La charla es interrumpida por el ruido atronador de unos disparos en un cementerio cercano.Durante el funeral de la madre de un presidiario, un asesino ha salido del ataúd supuestamente ocupado por el cadáver y ha acribillado a tiros al preso y a su escolta.