Años 90 en Lodz, Polonia. Trabajadores de emergencia y funerarias idean un sistema para intercambiar datos sobre muertes por dinero.
En una década, el comercio de "pieles" se convierte en un sistema de información que atrae a más médicos, paramédicos y funerarias.
Tras notar un aumento en el uso de un potente relajante muscular, un médico encuentra una morbosa conexión con el tráfico de pieles.
La publicación de un artículo sobre los "cazadores de pieles" conlleva a una investigación, pero no se halla evidencia de asesinatos.