En la jungla espesa del Amazonas ecuatoriano, Hazen se une a la tribu Waorani, donde debe aprender a vivir solo con las herramientas que se encuentran en la naturaleza. Para sobrevivir a los peligros de las serpientes venenosas y los depredadores, y a la aterradora posibilidad de perderse en ese laberinto, debe dominar la gran habilidad de los Waorani de andar por esta tierra traicionera.

En Mongolia, Hazen aprende que el mejor aliado de un cazador kazajo es el águila real. Para los kazajos, que crían águilas y las liberan para que se reproduzcan, la caza de las aves significa supervivencia. Estas acaban con los alimentos vitales de lobos y zorros, y los kazajos usan la piel para defenderse del invierno mongol. Hazen tiene 10 días para reforzar su vínculo con una de estas aves.

La isla parece un paraíso, pero sobrevivir a merced del viento y las olas es difícil. Hazen construye una piragua, que necesita técnica, equilibrio y delicadeza para poder navegar en mar abierto. Para pescar peces con arpones en aguas llenas de tiburones, Hazen trabaja con los lugareños y viñas. Tras eludir una serpiente peligrosa del mar, Hazen comprende los peligros de espiar las profundidades.

Hazen se une a los bosquimanos del Kalahari para una lección sobre la caza con los mejores rastreadores de animales. Con 45 grados, Hazen debe encontrar agua pronto. Su primera prueba es evadir la captura hasta el atardecer. Conocidos por rastrear a su presa, los bosquimanos dejan una huella en Hazen, quien debe dominar sus habilidades de rastreo animal y construcción de arcos.

En el círculo polar ártico, Hazen debe probarse ante los inuit que han vivido allí por siglos. En Nunavik, las temperaturas caen a -23 y los osos polares patrullan el paisaje helado. Tras un curso intensivo de trineos, Hazen debe atravesar casi un metro de hielo para pescar y aprender a construir un iglú. Además, debe entrar a las profundas cámaras heladas en el mar para cosechar mejillones.

Hazen Audel viaja a la aldea de los Yimas en Papúa Nueva Guinea. Hasta hace poco, la preservación de cabezas y el canibalismo eran una forma de vida para ellos. Para llegar allí, Hazen debe atravesar un laberinto de pantanos, ríos y lagos donde acechan criaturas venenosas, la malaria está extendida y, bajo el agua, merodea el depredador más temido de todos: el cocodrilo marino.

Hazen Audel se embarca en una misión peligrosa en el corazón del bosque pluvial de Darien, uno de los lugares más desafiante y hostiles de la tierra. Con las habilidades de supervivencia y la sabiduría antigua del bosque de la tribu Emberá, Audel debe usar las herramientas que el bosque le proporciona a su favor para completar su misión y evitar a los depredadores letales en su camino.

Hazen camina en la nieve con temperaturas heladas en un viaje a través de la tierra salvaje al norte de Escandinavia. Este es el hogar de la tribu Sami, un grupo de pastores que sobrevivieron allí por 10 000 años. Debe transportar más de 200 renos a sus áreas de alumbramiento. Ventiscas, lagos congelados y depredadores obligan a Hazen a confiar en las tradiciones de los Sami para sobrevivir.

En el sudeste asiático, Audel usa las habilidades de los pescadores Lau Lom para trepar al corazón de unas cataratas y atrapar peces en los rápidos. Para alcanzar esa zona de pesca, debe luchar con remolinos, trepar árboles llenos de serpientes y caminar por la selva repleta de insectos. En la zona de pesca, debe realizar el desafío más peligroso: caminar por la cuerda floja sobre la corriente.

Armado solo con las herramientas más básicas y las habilidades antiguas de los Masái de Tanzania, Audel debe escalar más de 2 000 metros hasta la cima de un volcán activo para hacer una ofrenda en nombre de la tribu. Pero, para llegar allí, debe pasar por gargantas abruptas, escalar desfiladeros traicioneros y atravesar la sabana, donde cazan grandes felinos y los cocodrilos patrullan en el agua.

Con técnicas de los Bajau, un grupo nómade conocido como "los gitanos del mar", que ha vagado por el Océano Pacífico occidental durante miles de años, Hazen se embarca en una misión marítima en solitario en la región del Triángulo de coral. Su misión se basa en la tradicional "ponka", un viaje a una zona de pesca remota que los Bajau realizan como prueba final de sus habilidades de supervivencia.