Colonia Dignidad, la secta más siniestra de Latinoamérica, fue disuelta hace años. En plena crisis del Covid-19, ex-colonos denuncian que el viejo sistema ha vuelto. En medio de esta controversia, los Sobrevivientes narran los oscuros orígenes de la secta: un secuestro masivo de niños en Alemania y la excusa de ayudar huérfanos del terremoto en Chile engendran un verdadero campo de esclavos.

Así como no todos los sobrevivientes viven su historia de la misma manera, no todas las víctimas de la Colonia crecieron dentro de la fortaleza que era el enclave. Las víctimas chilenas de la región también tienen una historia para contar. Una historia unida al poder y al entramado político de una época de terror que aún tiene resonancias en sus vidas y en la de los chilenos.

Al llegar la democracia, la Colonia se ve obligada a protegerse para sobrevivir. Valiéndose de la obra benéfica, transforma en fuerza de choque a la gente de la región frente a las investigaciones del nuevo Gobierno. Los Colonos son obligados a trabajar en un show mediático con cientos de niños que llegan a la Colonia para integrarse a un Internado Permanente. Pero Schäfer tiene otros planes.

¿Cómo fue que esto pudo suceder por tanto tiempo? Los favores, la diplomacia, el uso de información personal creó la red de amistades que le dio a la Colonia la impunidad que necesitaba para ocultar sus crímenes y el poder para deshacerse de sus enemigos. Hasta que la denuncia de un niño abre las puertas del enclave y desata un encuentro salvaje.

La búsqueda de Schäfer continúa. En la Colonia se desatan luchas de poder. El sistema se desmorona cuando los colonos comienzan a encontrarse con el mundo exterior y aprenden a vivir en libertad. Pero hasta el día de hoy su camino es arduo y el territorio de la ex Colonia Dignidad es un lugar en disputa que atraviesa la vida de todos los Sobrevivientes. ¿Qué es lo que queda de todo ese horror?