Nazi Megastructures

En represalia por los devastadores bombardeos aliados sobre las ciudades alemanas, Hitler ordena el desarrollo de un arma innovadora. Esta es la historia de uno de los proyectos más ambiciosos del Tercer Reich: el arma de la venganza de Hitler, la V1. A pesar de estar lista demasiado tarde para marcar la diferencia en el resultado de la guerra, su legado es el misil de crucero: un arma que cambió la cara de la guerra para siempre.

A medida que los países europeos caen como fichas de dominó a los ejércitos alemanes que los conquistan, Hitler se convence de su propio genio militar. Planea invadir Rusia y ordena la construcción de un enorme y muy protegido complejo de búnkeres y edificios llamado La Guarida del Lobo, pero a medida que se aísla en su ciudad de concreto, la guerra comienza a escapársele de las manos, y se trama una conspiración para convertir la base secreta en su tumba.

A medida que el poder de Hitler crece dentro de la Alemania nazi, también lo hace el de Schutzstaffel o las SS. Las SS tienen orígenes humildes en los años 20 como la guardia personal del Führer. Pero bajo el liderazgo de Heinrich Himmler, se diseña la visión de Hitler de una nueva Alemania y una raza aria pura. Al comienzo de la guerra, tiene autoridad en la política, la policía y la seguridad, y es responsable de la creación de los campos de concentración que se convertirán en los lugares de las peores atrocidades que el mundo nunca haya visto. Su poder, influencia y terror se extendieron con la creación de un ala militar, las Waffen-SS. Al final de la guerra, las SS se han convertido en una máquina que controla todos los aspectos del Tercer Reich y elimina brutalmente cualquier oposición a Hitler.

Con más de 630 kilómetros de largo, la Línea Sigfrido de Hitler fue una de las mayores fortificaciones en la historia de la guerra. La campaña para atravesarla tomó más de seis meses y le costó a las fuerzas americanas 140 000 bajas. Esta es la historia de los hombres que la construyeron y dieron sus vidas luchando para defenderla y destruirla.

Alemania está en ascenso y Hitler tiene planes para la dominación mundial. Él ve el acorazado como el símbolo de estatus definitivo para su nuevo Tercer Reich, y ordena que se construyan dos naves más grandes, más poderosas y más fuertemente blindadas que cualquier otro rival en el mar, pero los británicos no se detendrán ante nada hasta que las nuevas megaarmas de Hitler sean destruidas.

Mientras las fuerzas americanas se acercan a Japón en 1944, los japoneses recurren a nuevas y desesperadas tácticas: aviones asesinos, cohetes bomba y supertorpedos guiados no por máquinas, sino por pilotos humanos. A lo largo de la costa de Japón, los expertos exploran cuevas, búnkeres cubiertos de vegetación y bases ultrasecretas que esconden los secretos de cómo se construyeron los impactantes bombarderos suicidas kamikazes.