La última ficha

Nayuta Azumi es un joven prodigio en el desarrollo independiente de videojuegos, crea juegos por su cuenta y sin la ayuda de ninguna empresa o distribuidora importante. Usa el nombre “Don Nadie” y es conocido como el “Banksy de la industria de los videojuegos”, porque nadie sabe quién es. Pero ahora trabaja en un taller y vive una vida tranquila lejos del desarrollo de videojuegos. Mientras tanto, una consolidada fábrica de juguetes llamada Juguetes Átomo lucha por competir con los precios del exterior y está al borde de la quiebra. Para cambiar el destino de la compañía, Átomo comienza a buscar a Don Nadie con el fin de ingresar en la industria de los videojuegos. Sin recursos ni experiencia, Átomo se aferra a su última esperanza y hace de todo para entrar en contacto con Don Nadie.

Juguetes Átomo está finalmente en acción, pero Nayuta tiene problemas para pensar en nuevas ideas de juegos. La directora Umi Tominaga sugiere que reúnan al equipo Don Nadie, pero Nayuta se niega. Nayuta busca un nuevo compañero, y Umi lo lleva a un evento GAME JAM, donde se encuentra con Hayato Sugou. Umi siente una falta de conexión entre ambos y visita a Satoshi Morita. Morita le cuenta sobre la relación entre Nayuta, Hayato y Koya Ogata, y sobre su fatídico encuentro con Okitsu Akihiko.

Pasaron diez meses desde que Nayuta y Hayato comenzaron a crear juegos en Átomo. Los personajes creados por Shigeo y su equipo están llenos de vida en la pantalla de la computadora, lo que sugiere que la empresa tiene un buen comienzo en la reconstrucción de su negocio. Pero Kenyu Oyamada, del banco Yayoi, de repente exige un pago inmediato de un préstamo. Con el plazo de un mes, todos los empleados comienzan a recaudar dinero. Entonces, la editora Aki Sagara sugiere participar de una cumbre de presentaciones que conecta a inversionistas con creadores de videojuegos. Nayuta y el equipo apuestan lo que podría ser su última oportunidad.

El juego de Átomo estaba casi terminado, pero se borraron los datos. Si no logran recuperar los datos en diez días, no podrán presentárselo al inversionista indio y perderán la oportunidad de que invierta en ellos. El tiempo se agota, y Nayuta y el equipo tratan de restaurar el juego rápidamente, pero él y Hayato discuten sobre cómo proceder. Hay una atmósfera negativa en la empresa, y Umi, como directora, se siente frustrada por no poder controlarlo todo. Mientras tanto, Okitsu planea su próxima juagada.

El primer juego de Átomo finalmente está terminado. La empresa gana el derecho de trabajar y enviar su juego a las plataformas de distribución, pero todas lo rechazan. Nayuta y sus amigos no saben por qué, y Okitsu pregunta si les gustaría que su nuevo juego esté en la mayor plataforma de distribución, operada por SAGAS. Nayuta y los demás rechazan la ayuda de Okitsu y comienzan a hacer una distribución en pequeña escala del juego en su propio sitio web. También realizan un evento de prueba de Mundo Átomo y distribuyen robots Gecchari como parte de sus promociones, pero las ventas de su juego permanecen estancadas. Se dan cuenta de manera dolorosa del poder que SAGAS tiene realmente. Átomo no tiene más cartas por jugar. Pero luego un solo correo electrónico da vuelta el juego.

Pasó un año desde que SAGAS adquirió Átomo. ¿Qué pasa en la cabeza de Nayuta y de los otros exempleados? ¡Sus pensamientos ahora los hacen ir a luchar!