El dominio de la propaganda de Hitler se utilizó para crear todo, desde la bandera con la esvástica hasta los uniformes de las tropas de asalto, y ayudó a ganar un enorme apoyo para el Partido Nazi.
Hitler planea crear 22 000 kilómetros de autopistas y construir un millón y medio de "automóviles del pueblo" cada año, pero, dado que estos planes no llegan a materializarse, la economía de guerra nazi recurre a millones de trabajadores forzados.
Hitler está decidido a reconstruir la fuerza militar de Alemania tras la destrucción de casi todo su armamento en la Primera Guerra Mundial. Para superar la escasez de materias primas en Alemania, planea robarlas de otros países.
Hitler quiere cambiar el pensar y sentir del pueblo alemán con una forma de arte y cultura nazi. Se apodera de la industria del cine y de las emisoras de radio, dando a los nazis un control total sobre cada imagen y mensaje que recibe su pueblo.
Por medio de la vigilancia, la detención e incluso el asesinato, las SS derrotan a los enemigos políticos de Hitler y se convierten en los principales responsables de poner en práctica la política mortal del líder sobre la pureza racial.
Adolf Hitler está decidido a luchar hasta el final, aunque les cueste la vida a millones de alemanes. Confía en su Wunderwaffe, las armas maravillosas, entre las que destaca el primer misil balístico de la historia, el V2.
Nicholas O'Shaughnessy
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