El paraíso de las señoras

La vergüenza que surgió tras el beso que intercambiaron imposibilita que Vittorio y Marta trabajen juntos.

Vittorio se ocupa de Andreina, mientras todos en Paradise se preguntan por qué está ausente.

Antonio se encuentra pagando las consecuencias de su cabezazo, que podría costarle la pérdida de ambos puestos.

Mientras Silvia ya sueña con una vida más cómoda, Luciano afronta la entrevista para convertirse en gerente del banco.

Adelaide le recuerda a Marta sus deberes con la Fundación Margherita di Sant'Erasmo y la niña, todavía inexperta, decide pedirle consejo a Luca.

Luciano rechaza la oferta de trabajo de Umberto, pero Silvia no acepta la decisión de su marido y decide tomar el asunto en sus propias manos.