Basado en la novela homónima de Mitch Cullin, presenta a un Holmes ya nonagenario con una mente aún privilegiada. La historia arranca en 1947, con Sherlock Holmes ya retirado y con una vida tranquila, cuidando de sus plantas y abejas. Su época dorada de investigador ya ha terminado y forma parte de sus recuerdos. Roger, el hijo de la señora que cuida la casa, incitará que Holmes reabra un caso que aún sigue sin resolver y volver a poner en funcionamiento la mente privilegiada del detective. Roger aprenderá el arte de la deducción, pero Holmes descubrirá una lección de humanidad.