Dennis Alan es un científico que viaja a Haití para comprobar los rumores acerca de una poción que paraliza pero mantiene inconscientes a aquellos que la ingieren; lo cuál hace suponer a los médicos que dichos sujetos están muertos. Es decir, los convierte literalmente en zombis, con lo que el mito puede ser comprobado como un simple estado inducido y no un fenómeno sobrenatural. Sin Embargo Alan, en la medida que se involucra con la gente del pueblo, va descubriendo que la línea que separa a la ciencia de la superstición es muy delgada y fácilmente se cruza de un camino a otro en una sociedad reprimida y altamente creyente de las costumbres criollas de brujería y santería.