Cuando el señor Feeny frustra el sueño de Cory de ser un jugador de béisbol profesional, el lanzador de las grandes ligas, Jim Abbott, le da ánimo con una charla inspiradora.
Cuando Cory hace trampa en una prueba de inteligencia, los resultados muestran que es un genio, pero su familia y el señor Feeny lo dudan.
Asocian a Cory con una chica impopular para un proyecto escolar. Ella le enseña a juzgar a la gente por sus acciones, no por su apariencia.