El joven arqueólogo Jack Hunter planeó solo tomar una foto de una tableta cuneiforme de la metrópolis mesopotámica de Ugarit, en Siria, que no había sido superada en la actualidad, pero es capturada y tiene que robarla de un museo privado en Francia.

Jack Hunter es secuestrado en una base turca en los Estados Unidos. Para ser reclutado por la NSA, le dijeron que su mentor fue asesinado porque Doridanov quería el viejo arma Osiris. Él acepta ir a buscar la otra parte en Gizeh, donde la arqueóloga Lena Halstrom ha descubierto una pista en un lugar que fue atacado por hombres misteriosos y míticos.

Jack Hunter se da cuenta de que la tumba del faraón está vacía, excepto que una moneda romana significa que el tesoro fue saqueado a Roma, pero luego probablemente transfirió la nueva capital bizantina, Constantinopla. Allí, la NSA lo reúne con Nadia y Tariq, principalmente como cobertura, para evitar que el poderoso arma combinada caiga en manos criminales.