Mientras Scully busca desesperadamente a su hijo, los miembros de una secta se preparan para acceder a la nave espacial que creen que alberga manifestaciones físicas de Dios.
Cuando una secta religiosa que opera en Canadá desentierra una nave espacial similiar a la que Scully descubrió en África, se inicia un plan para asesinar al bebé William.
La investigación de Doggett a Kersh se topa con dificultades y los agentes encuentran a una bella mujer capaz de permanecer sumergida en el agua.
Un cadete del FBI con un gran instinto para resolver crímenes, aclara algunos aspectos del asesinato no resuelto del hijo de Doggett.
Reyes supone que el asesino que hirió gravemente a Doggett puede haber entrado a nuestro mundo desde una dimensión paralela.