Johnny Kastl

J. D. se gana el lugar del mejor estudiante, pero tiene competencia: Nick Murdoch, quien parece ser una versión más amigable, simpática y con mejor trasero de él. El sujeto es tan bueno que ni siquiera J. D. puede odiarlo. Él se sorprende cuando descubre a Nick llorando en un rincón porque no puede con la presión de la residencia médica. Mientras tanto, Turk tiene problemas en la sala de operaciones, pero no le dice nada a Carla, quien no deja de molestar al Dr. Cox con el asunto. El Dr. Cox le da un consejo a Turk sobre cómo calmarse antes de una cirugía.

El sarcástico Dr. Cox molesta a J. D., quien sigue en busca de aceptación; La brusca Elliot molesta a Carla, quien comienza a ser cortejada por el hábil Turk.

Una mujer se resbala y cae en el hospital. Asustado de que vaya a demandar al hospital y que eso lo obligue a despedir a alguien, el Dr. Kelso pide a J. D. que la siga y se haga amigo de ella para que no piense en demandarlos. Pero J. D. está muy ocupado con el Dr. Cox y su maratón de 24 horas para mantener vivos a sus pacientes de Cuidados Intensivos. Las órdenes del Dr. Kelso le vienen como anillo al dedo a J. D. para lograr ayudar a Elliot, quien necesita desesperadamente algo de atención del Dr. Cox. La relación de J. D. con la mujer herida se hace más profunda y, aunque aún no ha visto su rostro por estar dentro de una máquina de ultrasonido, decide invitarla a salir, aunque teme que no sea para nada atractiva.

El hermano de J. D. llega de visita después de viajar desde su ciudad natal para recoger un auto y conducirlo de regreso por 300 dólares. Su hermano mayor es divertido y sociable y pronto encandila a Elliot con su carisma. J. D. intenta evitar que algo suceda entre ellos y se da cuenta de que su hermano lo avergüenza. Su hermano era el mejor en la secundaria y ahora solo trabaja en un bar y vive con su madre. Cuando J. D. lo confronta, él se va. Mientras tanto, Turk debe abandonar el funeral de un paciente por no saber su nombre y se siente aún peor por haber apostado con el Dr. Cox sobre la vida de otro paciente.

El amigo de la universidad de J. D. y Turk, Spence, llega de visita y le confiesa por accidente al Dr. Cox que el bebé de Jordan es suyo. El Dr. Cox pierde la cordura al principio, pero pronto acepta la responsabilidad de ser padre. Mientras tanto, la seguidilla de fiestas con Spence hacen que Turk y J. D. lleguen tarde y ebrios al trabajo, por lo que el Dr. Kelso los reprende. Comparan sus vidas con la de Spencer y se preguntan si ser doctores es lo mejor para ellos. Elliot está deprimida por no poder estar a la altura de las expectativas del Dr. Kelso y el conserje comienza otra pelea con J. D., esta vez, por el sueldo.