Dejando su huella

El 2020 comienza como ningún otro año en la historia del deporte mientras la COVID-19 llega a las costas australianas. A medida que la pandemia crece exponencialmente, crea una situación que evoluciona minuto a minuto y tiene consecuencias desastrosas. ¿Llegará la liga a la primera ronda?

Mientras jugadores y entrenadores encuentran dificultades con las restricciones y regulaciones de la nueva temporada, la AFL muestra su apoyo al movimiento global Black Lives Matter. Cuando comienzan los partidos, equipos inesperados remontan vuelo mientras las potencias luchan por adaptarse.

Las tensiones aumentan a medida que los jugadores y los clubes se adaptan a esta temporada marcada por la COVID-19. Un estado físico deficiente acecha a la mayoría, mientras los Suns intentan mantener su impulso. Un altercado en las redes sociales genera todo un duelo para Nic Naitanui.

Con el objetivo de mantener viva la temporada, la AFL anuncia que se jugarán 33 partidos en un bloque condensado de 20 días, un "torbellino deportivo". El costo es inmenso, ya que los jugadores y el personal deben enfrentar lesiones, derrotas, aislamiento y separación de amigos y familiares.

La competencia se intensifica mientras todos los clubes luchan por su lugar entre los ocho mejores. Desde la familia y el patrimonio hasta la conexión con el club, la confianza en sí mismos y la fe religiosa, todos buscan la motivación y la fuerza mental que necesitan para brindar lo máximo.

Los Adelaide Crows y el GWS se enfrentan en un duelo que definirá la temporada para los capitanes Rory Sloane y Stephen Coniglio. Es el gran final de la temporada. Algunos equipos comienzan a concentrarse en el futuro, mientras que otros luchan a brazo partido por un codiciado lugar entre los mejores ocho.