Okabe está sorprendido al saber que la niña asesinada no solo sigue viva, sino que es mucho más inteligente de lo que esperaba. Más tarde, el nombre de John Titor pone a Okabe en un frenesí, y otro experimento con bananas produce resultados bizarros.

Makise hace una visita inesperada al laboratorio, para consternación de Okabe; sin embargo, su intrusión conduce a una experimentación mayor con el teléfono microondas, un dispositivo que ahora Okabe cree que es una máquina del tiempo.

Okabe debe ser más astuto que una sirvienta para conocer el paradero de una IBN-5100, la cual es una computadora antigua que puede esconder la clave para descifrar el nefasto plan de SERN.

Después de algunas modificaciones nocturnas a la IBN-5100, Okabe y su equipo descubren la impactante verdad detrás de los diversos intentos de SERN y el querer dominar el viaje en el tiempo.

Makise descubre las reglas del teléfono microondas, ahora conocido como D-Mail. Más tarde, Okabe agrega a regañadientes un nuevo miembro al personal del Laboratorio de los Artefactos del Futuro.

Okabe lleva su experimentación al siguiente nivel enviando atrás en el tiempo los números ganadores de la lotería por mensaje de texto, pero no considera cómo sus acciones podrían alterar el presente o el futuro.