Sean Harmon

Callen y Sam se hacen pasar nuevamente por prisionero y guardia para infiltrarse en un grupo de supremacía blanca que se cree que está en posesión de material nuclear robado.

Las pruebas encontradas en las fotos de la escena del crimen en el puente de Brooklyn envían a Mac y Jo a San Francisco en busca de una adolescente desaparecida.

Durante una parada rutinaria para tomar el café de la mañana en el restaurante local, Gibbs se encuentra a sí mismo mirando a través del cañón de una pistola. Un cliente le estropea su desayuno cotidiano al apuntarle con su arma, lo que lleva a nuestro protagonista a un viaje al pasado, en el que se ve obligado a cuestionarse sus decisiones presentes y pasadas.

Continúa la investigación de la desaparición de un teniente de la Marina, y el NCIS sigue una pista hasta Afganistán.

El equipo del NCIS será el encargado de descubrir un error en la muestra de ADN en un complicado caso. En él, Gibbs y los suyos tendrán que hacer frente a una investigación de un accidente de un avión militar que había sido el encargado de transportar féretros de un grupo de soldados fallecidos en el extranjero.