T1, E5: Bruno intenta sonsacar a su tía los detalles de su caída, pero Clara evita confrontar lo averiguado y desvía su atención. Bruno decide sincerarse con Cesar e informarle de las amenazas sufridas y el agente, promete ayudarle. Mercedes organiza una comida familiar para celebrar el compromiso de Sandra y su hijo Rubén. Aprovecha para recomendarle que se centre y recordarle la ambición de su primo Jacobo como acicate. Giner interroga a Cesar, que fue quien localizó a los cuatro sospechosos muertos y el que custodió las muestras seminales desaparecidas. El agente se tensa y la teniente ata cabos. Alba y Bruno deducen que quizá lo de Clara no fue un accidente y el sobrino, harto de conjeturas y amenazas, sugiere a Alba que acabe con la farsa. Tirso y Bruno se cruzan duros reproches y el camello percibe algo inquietante en lo que no había reparado. Jacobo le sacará de dudas cuando se atreva a acusarle de haber sido ellos quienes violaron a Alba, pero le recuerda su complicidad; él fue quien les vendió la droga. Alba se sincera y enseña a Bego el video de la violación. Su amiga le exhorta a denunciarlo. Giner recibe más imágenes de esa noche que, hasta ahora, estaban encriptadas, pero cuando interroga a Alba, niega reconocer a los Entrerríos y el militar que aparecen en ellas. En casa de los Entrerríos se celebra la comida prevista, pero Bruno irrumpe furioso, tras el ataque a Clara y es neutralizado con maestría, gracias a la astucia de Mercedes. La suspicacia de la teniente culmina cuando le ordenan cerrar el caso, pero antes de irse, decide interrogar a estos nuevos sospechosos. Bruno presiona a Alba para que denuncie el caso, harto de amenazas; quiere asumir su responsabilidad. Eloy prepara a los chicos para el interrogatorio y Mercedes se cita con su amigo el juez para tantear su apoyo. Giner se da cuenta que son ellos, pero no tiene nada. Cesar lleva flores a Clara, intenta justificar sus extras a los Entrerríos por su hija enferma y reconoce, avergonzado, haberse enamorado de ella.