Con café
T1, E4: Los opuestos se equilibran. Por eso el café sabe tan bien con un dulce. Trufas de chocolate belga, densas, consistentes y recubiertas de una ligera capa de cacao en polvo. Malvaviscos de fruta de la pasión, envueltos en coco, que se deshacen en la boca. O piruletas de chocolate hechas con bizcocho húmedo y un crujiente praliné de avellana.
