
T1, E6: Chueco está harto de no tener ningún tipo de vida social y convence a Juan para que organice en su casa una partida de póquer que Gustavo quiere montar. Los amigos del actor resultan ser tipos muy recios y Juan no encaja en ese grupo por mucho que lo intenta. En su afán por ganar, acaba perdiendo su posesión más preciada: su piano. Chueco está decidido a recuperar el piano de Juan, así que intenta enseñarle a jugar a las cartas y a montarse faroles. Pero Juan juega fatal y miente aún peor de lo que juega. A la pareja solo le queda recurrir a un plan que nunca falla: hacer trampas. Todo parece estar saliendo a pedir de boca hasta que uno de los tipos más duros de la mesa los descubre. Las cosas se ponen feas, pero Juan logra poner en práctica las enseñanzas de Chueco y demuestra ser un maestro del engaño.