A una pareja poco probable la embaucan para que compita en un reality show de parejas con la única finalidad de sorprender a los productores del programa robando el corazón del público con su incompatibilidad total. La pareja llega hasta la segunda fase simulando sentir amor verdadero y aceptando casarse a cambio del contundente premio en metálico. Pero el día de la boda los productores del programa traman una broma que convoca a la policía y amenaza con llevar a los novios a la cárcel. Para evitar que les cojan, traman un plan que les ayuda a darse cuenta de que quizás al fin y al cabo sean perfectos y el uno para el otro.