Dispuesto a todo

A los 30 años Max se ha hecho rico con Internet con sus dos amigos y disfruta de la vida al sol. Sin embargo, se cansa de vivir así y no para de pensar en su amor de la universidad, Alice, una chica despierta, comprometida, repleta de ideales... que jamás se interesó por él. Para acercarse a Alice, Marx compra la fábrica en bancarrota en la que trabaja. Sin desvelar su fortuna ni su nuevo puesto de jefe, se hace pasar por un simple obrero. Dispuesto a todo, se desvive para hacer feliz a Alice, a su hijo Valentin y a todos los obreros de la fábrica; deja su vida de millonario para trabajar en cadena y no deja de mentir por miedo a decepcionarla.