Sputnik

En 1983, mientras dos cosmonautas soviéticos efectúan las maniobras de desanclaje para regresar a la Tierra, su satélite choca contra algo que no logran identificar. En Kazajistán, al localizar la cápsula, se descubre el cuerpo de uno de ellos con el casco y el cráneo rotos. El otro cosmonauta, Konstantin, ha logrado sobrevivir y es trasladado a unas instalaciones secretas donde el coronel Semiradov, al mando de la investigación, solicita ayuda a la eminente especialista Tatyana Klimova. Los drásticos métodos de Klimova no agradan a sus superiores directos, pero Semiradov cree que son imprescindibles para su objetivo: separar a Konstantin de la criatura que se ha introducido en su cuerpo y lo utiliza como habitáculo en una perfecta y siniestra simbiosis.