Besos al Aire es una historia de amor. Bueno, en realidad son ocho historias de amor. Todas ellas ambientadas en el confinamiento y cuyo hilo conductor es el personaje de Javi, auxiliar de enfermería, fan de las comedias románticas, y un buenazo hasta más allá de lo prudente. Ese carácter agradable y complaciente en exceso le lleva a asumir la tarea hospitalaria más delicada durante la crisis: servir de intermediario entre los enfermos aislados en las UCI y sus familias. Así que, con intención de suavizar el trance para las dos partes, Javi empieza a embellecer los mensajes, haciéndolos más románticos, más tiernos, más divertidos... convirtiéndose en un Cyrano moderno que pone su imaginación y su sensibilidad al servicio de los pacientes y sus familiares. Con sus ficciones, alivia los momentos más duros de sus vidas. Vamos, un héroe inesperado e improbable, como tantos otros españoles durante la pandemia y como el resto de nuestros protagonistas, entre los que se encuentran una adolescente rebelde y vegana obligada a compartir espacio con sus abuelos, con los que creará un vínculo tan inesperado como inolvidable; una empleada de un supermercado, que debe conciliar su trabajo (esencial) con un hogar un tanto desastroso y una vecina conflictiva; y un joven que adopta un perro viejo y lento para hacer negocio en tiempos de pandemia y que acabará encontrando en el animal el significado de la amistad. En definitiva, Besos al Aire es un homenaje al optimismo, entereza y sentido del humor de todas esas personas que, incluso en los peores momentos, son capaces de empatizar, querer y hasta enamorarse.