Sharon está encantada de encontrar trabajo en un restaurante medieval, pero le horroriza ver que su padre trabaja también allí de trovador. Sobre todo cuando Nina y su familia llegan a cenar al restaurante. Por eso decide sacarlos de allí a toda costa antes de la actuación de su padre.

De camino a la consulta de su dentista, Sharon conoce a Tracy, que está preocupada porque puede que tengan que ponerle aparato y tiene miedo de que eso destruya sus posibilidades de tener novio. Para tranquilizarla, Sharon le cuenta las ventajas y desventajas de llevar aparato y le habla de su historia con Alden.

Petra, prima de Nina, confiesa que fue ella la que años atrás arrancó la cabeza a las muñecas de Nina. Ésta siempre había creído culpable a Sharon y ahora decide proponerle una tregua. Sharon tiene sus dudas, pero acepta; puede significar el fin de su enemistad. Hasta que aprende que hay algo peor que ser enemiga de Nina: ser su amiga.

Sharon es invitada por error a ir a una cabaña con Alden, Marlo, María y Brock. Cuando descubre que ha habido un error y que Alden y Marlo tienen cosas de las que hablar, se esfuerza por dejarlos a solas a toda costa. Pero sus intentos no salen muy bien y el fin de semana no sale precisamente como habían planeado.

Sharon está harta de que no parezca haber chicos atractivos. O son inmaduros o bobos o muy groseros. De pronto conoce a Pablo, que parece el chico perfecto... hasta que se entera de que sólo tiene 12 años e intenta ocultarles su edad a Alden y Brock porque no quiere que se rían de ella.

Pigger hace un anuncio de comida para perros y de la noche a la mañana se convierte en una estrella. Pero cuando le ofrecen salir de gira promocional, Sharon decide que prefiere que se quede en casa con ella.