Matadero

Francisco, el propietario del matadero de Torrecillas, cuenta con Alfonso su cuñado para ayudarle. Alfonso, por su parte, no quiere que salga a la luz el secreto de su pasado relacionado con los animales que trae desde Portugal.

Alfonso no ha podido dormir en toda la noche. Ha llegado a la conclusión de que lo más sensato es contar lo sucedido a la Guardia Civil. Almudena se niega rotundamente. Además, acaba de descubrir un polvo blanco en la parte de atrás del coche.

Almudena regresa a su casa tras haber pasado la noche en la casa de su hermana María José: quiere comprobar que sus cerdos se comieron el cadáver de Francisco, pero, en lugar de eso, encuentra a Teo y Pascual, los hombres de don Julio.

Teo y Pascual regresan a Galia y se presentan ante don Julio. Llevan una bolsa de deporte con la mercancía. Mientras, Vasco se pone en contacto con Costin, un rumano que le asegura que no ha habido movimientos de venta en la zona.

Alfonso, Teo y Pascual descubren que esos nuevos polvos que llevaron a don Julio los fabricó en realidad Almudena. En el pueblo, María comienza a pegar carteles con la foto de su tío para denunciar su desaparición.

Don Julio quiere que Alfonso y Almudena elaboren droga para su clan. En la comisaría, María está cada vez más preocupada por Jacobo, que no ha dado señales de vida. Vasco sabe que ha llegado la hora de llamar al temido Montaña.