Nuestro planeta

Para los pocos privilegiados que han podido ver la Tierra desde el espacio, la fina línea azul de la atmósfera de nuestro planeta lo diferencia de cualquier otro planeta que hayan visto: nos mantiene con vida. La historia de cómo la Tierra creó y reguló esa atmósfera rica en oxígeno es impresionante e incluye un río volador, una tormenta de arena global, un glaciar desmoronándose y la criatura más importante de la que hayas oído hablar. Todo esto convergió para que el planeta pueda respirar.

¿Te has preguntado alguna vez de dónde salió nuestro planeta? Surgió en una tormenta cósmica y ese acto violento le dio forma. Estamos aquí gracias a una serie de colisiones al azar en un cosmos peligroso. Podrían habernos destruido y, sin embargo, hicieron que un planeta naciera de los restos de un sistema solar primitivo, nos regaló océanos mediante un bombardeo desde el cielo y trajo el orden a nuestro mundo cuando dos planetas colisionaron.

La Tierra se protege a sí misma del Sol. La historia de la relación parecida a la de David y Goliat entre la Tierra y su mayor amenaza: nuestro aparentemente inofensivo Sol. El Sol es el jefe enorme y violento del sistema solar. Lanza partículas devastadoras y una radiación mortífera. Sin varios escudos, como el generado por nuestro núcleo único, la atmósfera y un tercero presente gracias a nuestros sistemas meteorológicos interconectados, la vida en la Tierra jamás habría prosperado.

Nuestra roca es especial: tiene vida. A pesar de que los componentes básicos para que haya vida son comunes en todo el universo, esta es escasa. Por tanto, ¿qué tiene de especial el planeta Tierra? Esta es la historia de las fuerzas dinámicas y las extrañas coincidencias que cogieron un montón de ingredientes inertes y los convirtieron en algo tan maravillosamente complejo como es la vida. Si pasó aquí, ¿podría pasar en otro sitio?

La Tierra no solo debe ser habitable, también tiene que ser letal para que la vida prospere. La muerte está integrada en todo, desde nuestras células hasta el propio planeta. Las extinciones en masa globales crea una oportunidad que la evolución aprovecha para impulsar la biodiversidad. En el centro de la historia hay un superpoder biológico: el sexo, el equilibrio entre la vida y la muerte que nos permite sobrevivir en este agitado mundo.

El astronauta Chris Hadfield ha salido del planeta tres veces, pero quiere ir más allá. Tras observar las marcas que dejaron los asteroides en la superficie del planeta, cree que nuestra única forma de sobrevivir es escapar de la Tierra y construir una colonia fuera de aquí. Sin embargo, sería el viaje más duro al que el hombre se haya enfrentado: la radiación espacial, la microgravedad y nuestras bacterias conspiran en nuestra contra. ¿Podríamos los terrícolas sobrevivir fuera de nuestra roca?