Miley Stewart tiene lo mejor de dos mundos: una chica normal de día y la famosa cantante de pop adolescente, Hannah Montana, por la noche. ¡Y lo mejor es que nadie lo sabe! Al menos hasta que la mejor amiga de Hannah, Lilly Truscott, espía el camarín de Hannah y descubre su secreto. Juntas, las dos amigas llevan una vida normal de adolescentes, a la vez que protegen la identidad secreta de Hannah.
Robby suele dar malos regalos de cumpleaños a Miley. Para que acierte este año, Lilly y Miley hacen un complicado plan, en el cual Lilly va de compras con Robby y Miley posa como maniquí, para poder señalar lo que quiere. El plan sale al revés, cuando Robby cambia lo que compró y Miley debe vestir eso en su fiesta sorpresa. Jackson debe llevar a la fiesta la torta de Miley.
Miley y Lilly quieren pasar más tiempo juntas, y se prueban como porristas solo por una vez. Lilly se luce entre las primeras y Miley queda atrás como mascota. Irónicamente, el entrenador dice que Miley no tiene lo necesario para actuar frente a una multitud, y ella aprende cómo es estar a un costado. En casa, Robby y Jackson intentan arreglar un fregadero roto.
Jake Ryan regresa y trabaja duro para recuperar el afecto de Miley. Pero al hacerlo, sugiere que no haya secretos entre ellos y revela que su verdadero nombre es Leslie. Miley, sintiéndose culpable por esconder su doble identidad, finalmente confiesa que es Hannah Montana. Jackson y Oliver entran en el negocio de cecinas para darle a Rico lo que merece.
Miley convence a Lilly de cambiar su aspecto antes de su primera cita en un baile de la secundaria. Su acompañante la deja plantada y las chicas deciden llevarlo a la Corte Adolescente. Jackson gana dos entradas para un partido de los Lakers, y tanto Thor como Robby se invitan solos para acompañarlo. Jackson no quiere elegir a uno sobre el otro, y sus intentos de fingir se le vuelven en contra.