Cuando una adolescente que acaba de recibir un trasplante de riñón de su padre llega a la sala de emergencias sintiendo mareos, Carter rastrea el problema hasta un nuevo medicamento que la chica estaba tomando.
Jeffries reabre un caso de 1963 en el que, cuando era niño, encontró el cuerpo de un niño afroamericano de 16 años que había planeado asistir a la Marcha de Martin Luther King en Washington.