Vivien y Violet se encuentran en una situación peligrosa inquietantemente similar a un evento del pasado. Ben vuelve a Boston para arreglar un error.
Tras poner la casa en venta, Vivien se entera de sus primeros residentes. La visita de Ben lo hace desmoronarse aún más. Se revela la historia de Constance y Moira.
La línea entre los vivos y los muertos se desdibuja en Halloween. Dos de los anteriores residentes de la casa les dan consejos de decoración a los Harmon.
Constance planea criar al bebé de Tate como si fuera suyo.
Vivien da a luz. Tate y Violet intentan librar la casa de algunos de sus fantasmas para siempre.