Constance conspira para criar al bebé de Tate como suyo propio.
Los médicos siguen enfrentándose a su nueva realidad con el COVID-19 y se ocupan de un paciente familiar y testarudo. Koracick queda a cargo de los internos, Link opera a un sexólogo y Maggie encuentra consuelo en la presencia virtual de Winston.
La escasez de ventiladores en el hospital tiene a los médicos muy preocupados. La cuñada de Hayes, de alto riesgo y con esclerosis múltiple, acaba en el hospital con un cálculo renal.
Con órdenes judiciales para Fiona de permanecer en casa y la enfermedad de Frank dejándolo imposibilitado, la tutela recae totalmente en Lip.
Mientras la familia, sin Frank, espera con nerviosismo noticias sobre la condición de Liam en el hospital, Fiona va a la cárcel municipal.