Rayburn Swanson (Nikolaj Coster-Waldau) entiende la pérdida. Su única hija adolescente fue secuestrada hace cinco años y desde entonces ha caído en una espiral de alcoholismo y autodestrucción. Después de la desaparición de su hija, Rayburn dejó de cazar y decidió ayudar a los animales que solía matar estableciendo un santuario de vida silvestre autosuficiente en la tierra salvaje que bordea las inhóspitas aguas fronterizas. Ahora pasa sus días bebiendo y monitoreando la actividad de los animales con una serie de cámaras de circuito cerrado que rodean su apartada propiedad. La vida de Rayburn comienza a correr peligro cuando detecta algo horrible en uno de los monitores de seguridad; un asesino, vestido con un traje ghillie, está cazando en el santuario de Rayburn a una chica que se parece a su hija desaparecida. Decidido a salvarla, Rayburn empieza una carrera para encontrarla antes de que lo haga el asesino.
